miércoles, 31 de octubre de 2012

Debo confesar que Halloween no me da miedo

Debo confesar que esta noche Edward Cullen y su pandilla saldrán a divertirse. Bella también saldrá, aunque maquillada. Y Jacob, el hombre lobo, estepario para algunos; romántico para otras, supongo que también saldrá de fiesta. Y no solo ellos. Dicen que esta noche la calle estará invadida de vampiros de otras estirpes, de fantamas enfundados en sábanas teñidas de sangre, de murciélagos invidentes que chirrian cual puerta en mal estado. Las voces rumorean que las discotecas se vestirán de calabaza y de esqueleto, tratando de aterrorizar a sus invitados disfrazados.

No suelo creer en los rumores, pero esta vez ....¿Será cierto?. El cielo está apagando su tenue luz azulada. La ciudad se está alelando y la noche empieza a desplegar sus alas. De los hogares empieza a rezumar olor a preparativos. ¡Halloween está llegando! Los colegiales ya se están refugiando en sus casas, la mitad de las oficinas carecen de iluminación en las estancias, la calle está perdiendo vitalidad y en diversos escaparates reinan "bichejos halloweenianos"....Indicios que apuntan que, quizás el rumor puede cobrar vida en la celebración de esta terrorífica velada con denominación de origen anglosajón.

Sin embargo, que cobren vida o no los espíritus y los vampiros esta noche, no me da miedo. Es una premisa que no me infunde ningún pavor. ¿Razón? Originariamente la noche de los muertos es la que va del 1 al 2 de noviembre. Y es por esta simple razón por la que no tengo miedo. Ni a los monstruos, ni a los vampiros, ni a los fantasmas, ni a las brujas, ni a los zombies que en su día fueron médicos y esta noche irán con bisturí en mano.

miércoles, 24 de octubre de 2012

No por amor, no por tristeza

No por amor, no por tristeza,
no por la nueva soledad:
                            porque he olvidado ya tus ojos
                     hoy tengo ganas de llorar.

Se va la vida deshaciendo
 y renaciendo sin cesar:
                        la ola de mar que nos salpica
                    no sabemos si viene o va.

La mañana teje su manto
que la noche destejerá.
                 Al corazón nunca le importa
                   quién se fue sino quién vendrá.

Tú eres mi vida y yo sabía 
que eras mi vida de verdad,
            pero te fuiste y estoy vivo
                  y todo empieza una vez más.

Cuando llegaste estaba escrito
entre tus ojos el final.
                     Hoy he olvidado ya tus ojos
             y tengo ganas de llorar.

   Poema de ANTONIO GALA 

lunes, 22 de octubre de 2012

Cuando la lluvia no quiere caer



Hoy es un día típico.
Típico día de lluvia que no te apetece hacer nada.
Típico día en que odias con todas tus fuerzas el chasquido que timbrea el agua al quebrar la tranquilidad que manaban las baldosas.

Hoy es el típico día en que la lógica humana pierde el rumbo y
          las reglas de urbanidad caducan su existencia,
                perdiéndose entre los fínisimos cordones de agua 
                    que penden del cielo y languidecen hasta el suelo.

Porque el caer de la lluvia molesta
 y más 
cuando cae 
               con garra 
                         sobre tu cabellera,
                                              en cascada, lentamente,
                                                                  humedeciéndote los pelos,
                                                                               empapándote de rabia
                                                                                                   y de olor a ropa mojada.
                                                    
Hoy es el típico día en que la lluvia no quiere
desprenderse de la negrura plomiza de  las nubes
permitiendo que el sol, en grisáceo, tiña su color.

miércoles, 17 de octubre de 2012

La magia del destino

El destino es el mayor mago con el que puedas toparte durante tu estancia en la tierra. Su poder es igual de magno que el planeo de un águila imperial; su tarea es sencilla: sumerge sus nudosas manos en una bolsa  gigante, conocida como "la chistera de la vida", remueve el interior con vehemencia y extrae el papelito que más atrae su atención. Bueno, él no, sus manos. Aunque es lo mismo. Una vez extraído, lanza el papel al aire y éste cobra vida. Es en este preciso instante cuando tu vida cambia. De un segundo a otro, todo puede perder sentido. Las imágenes que te circundeaban desaparecen cual camaléon ante el peligro. La novedad se planta ante tus ojos. ¿Es algo bueno? ¿Es malo?. Múltiples cuestiones saltan al compás de tu corazón. ¡Boom, boom, boom!. El órgano musculoso late con fuerza y el flujo de tu sangre se altera. Nervios, tensión.  ¿Por qué yo?. La comprehensión de tu cerebro no alcanza a descifrar el porqué. El destino es tu dueño. Y aunque no entiendas el porqué, tú estás en su poder.